(1944-2004)
Biografía
Nació en la colonia Anzures
de la Ciudad de México, pero los recuerdos de su más tierna infancia
transcurrieron en Acapulco, “cuando todavía era más un pueblo que una ciudad”.
Vivió un tiempo en Mazatlán y después regresó a la ciudad de México. Después de
una breve estancia en el D.F., en abril de 1968 se trasladó a Europa. Ahí, vivió en distintos países y se
estableció por un tiempo en Nairobi, capital de Kenia. Las vivencias en esa
ciudad africana le permitieron establecer una suerte de paralelismo con la
situación de injusticia y pobreza de México, en lo que basó la escritura de su
primera novela: Las
posibilidades del odio, en 1978, año en que regresa a México. Siempre preocupada por la justicia social, en aquél entonces
se afilió al Partido Comunista Mexicano. En 1996 recibió el Premio Nacional Juan Ruiz de Alarcón por
toda su obra.
Obra general
El aire es azul (1980), por esa misma época
publica dos libros de cuentos Inmóvil sol secreto y Accidentes. Pánico
o peligro (1981), que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia. También Intentos,
Malentendidos, Antonia, Las razones del lago, La viuda y La reina e Inventar ciudades. Algunas novelas autobiográficas: Intentos,
Malentendidos, Antonia, Las razones del lago, La viuda, La reina e Inventar ciudades.
Características
Su consciencia social le
hizo preocuparse por temas como el devenir de los sentimientos y la convivencia
humana. Escritora de impresiones,
viajando se encontró con lo diverso para entender lo objetivo. La literatura de María Luisa Puga ve también el
dolor como exploración metafísica, introspección analítica, fenomenología
personal e íntima, erótica que nos envuelve y con la cual dialogamos. Vi
Obra particular
Inmóvil
sol secreto
Comentarios
El cuento de María Luisa Puga trata sobre el
viaje de una protagonista anónima y Enrique, al parecer su pareja...la trama
parece girar alrededor de los celos, aunque el momento de más intensidad se da
al final de la historia, que transcurre en una atmósfera de no-acontecer. El
cuento de Puga tiene un ritmo lento y sosegado, desde una perspectiva ultra
subjetiva, pues está narrado en primera persona por un personaje altamente sensitivo,
imaginativo y receptivo, en el último párrafo del cuento se puede encontrar la
intensa mezcla de sentimientos y percepciones: “Cuando después volví al cuarto
y me metí en la cama y le rocé la cara a Enrique, los sollozos de ambos mojaron
el primer deseo real de nuestros cuerpos. Al día siguiente nos separamos”. El
nivel físico y emocional se encuentran presentes en un solo párrafo, así
también emociones y reacciones contradictorias, el rocé de la piel, el llanto y
el deseo sexual y posteriormente la separación. No se narra el proceso interior
de los personajes, todo son sólo sensaciones e imágenes, momentos.
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