jueves, 29 de noviembre de 2012

Jaime Sabines


JAIME SABINES  
"Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nada y estar en todas partes en secreto."

Biografía
Jaime Sabines nace en Tuxtla Gutiérrez en el año de 1926. El seno familiar bajo el cual se crio el poeta fue uno bastante pudiente: su padre, el militar Julio Sabines se desposó con Luz Gutiérrez, nieta del militar y gobernador del estado chiapaneco Joaquín Miguel Gutiérrez, de quién lleva el nombre Tuxtla Gutiérrez. Su padre fomentó su gusto por la literatura. En 1945 realiza estudios de Medicina en la Universidad Autónoma de México, aunque los terminaría abandonando para convertirse en escritor. Las muertes de sus padres (Julio Sabines en 1961 y Luz Gutiérrez en 1966) representan además de una pérdida, una revolución estilística para el autor. Sabines fue un hombre bastante humilde cuya creación poética refleja precisamente su interés por una vida cotidiana, asediada por las preocupaciones comunes mientras las convertía en verdaderos postulados poéticos. Muere en la Ciudad de México en 1999.

Obra general y características
Principalmente poeta, Jaime Sabines tiene un recorrido modesto y, aún, extenso en cuanto a su creación poética. Inmerso en un mundo cotidiano, publica desde 1950 hasta 1993, fecha cercana a su muerte. Entre sus obras más emblemáticas tenemos poemarios como Algo obre la muerte del Mayor Sabines (1973), obra que el mismo autor considera como su máxima expresión artística, donde hace una elegía sobre la muerte de su padre. En general, no veremos saltos estilísticos en su bio-bibliografía, sino que más bien hay una evolución temática, un Sabines honesto. Entre otros poemarios destacados del autor tenemos Mal Tiempo (1972) donde también hay un poema dedicado a su madre: “Doña Luz”. Un autor bastante reservado en cuanto a narrativa, podemos encontrar la crónica Crónicas del volcán (2002) sobre el devastador volcán El Chichón y la repercusión que tuvo sobre la población chiapaneca. En general un poeta humano, un poeta de la calle, un trovador mexicano que invita a revisar la sociedad desde un punto de vista lleno de enaltecimiento de lo pequeño, de lo cotidiano, la memoria colectiva, lo espontáneo.

Obra
La selección de poemas estudiados están contenidos en Recuento de poemas (1950 – 1993), una excelente antología cuidada por el mismo autor. Entre aquellos que se analizaron tuvimos el siempre clásico “Los amorosos”, “Me encanta Dios”, “Tía Chofi” y “Tlatelolco ‘68”, de los cuales destilamos un intento de poética; la temática se antojó amplia entre esta selección:

-Reflejo fiel, mientras poético, de la sociedad mexicana.
-Humanización de arquetipos deíticos (tales como Dios).
-La muerte como continuidad y liberación – presencia prehispánica en cuanto a fondo.
-Individualidad vs Colectividad.
-Melancolía.
-El silencio como amor.
-Búsqueda continua de una utopía = amor.
-Amor como figura finita.

Comentarios
Sabines está guardado muy cerca del corazón poético mexicano contemporáneo. Sus versos, escritos en un lenguaje sencillo y accesible, logran por medio de una voz individual, acercarse al sentir colectivo, casi apropiándose de él y dándole nombres propios para lo asible, lo sencillo cotidiano que se nos escapa sin reconocimiento de entre las manos. Los poemas anteriormente nombrados nos acercan a tres postulados principales en la obra de este autor: la muerte, el amor y Dios. Todos revestidos con la sotana de un estilo concreto y accesible, Sabines trabaja la vida misma mediante la versificación de los sucesos. Dios es su favorito porque encuentra en él al niño más niño que ha conocido, éste es tan torpe como un infante de cuna, a la vez que tiene en sí todo lo autoritario de un creador sin precedentes. La muerte está lejana de él, se instaura en la creación como una pieza por sí sola, una disyuntora figura que termina incluso con el más pasional de los amores, que son, por excelencia en Sabines, la fuente de las dichas más dolorosas del ser humano.

Extras
Aquí, un enlace haciendo click a un artículo muy interesante sobre la poesía de Sabines. Además, les mostramos unas lecturas que hace el mismo Sabines de algunos de sus poemas en el Palacio de Bellas Artes:

"Los Amorosos"



"Espero curarme de ti"



"Te quiero a las diez de la mañana"

"Tía Chofi"

"Pensándolo bien"

Reseña: Recuento de poemas (1950-1993)
Por Isabel Hermosillo 

Jaime Sabines, poeta y escritor mexicano; nació en Tuxtla Gutiérrez en 1926 y murió en la Ciudad de México en 1999. Ser poeta en un país que conoció a creadores desde tiempo antes de la conquista – recordemos los cantos de Nezahualcóyotl, y aquellos cantos floridos dedicados a la guerra, a la muerte, a la vida – ¿no supondría algún tipo de recorrido literario arduo, difícil de lograr entre tantas y variadas voces poéticas? Sin lugar a dudas, estamos ante una respuesta afirmativa aunque bien sorteado. Sabines gozó de una amplia recurrencia temática, aunque el estilo al que constantemente recurre no guarde las exigencias de la crítica o de los tratados de poesías: mantiene en sí mismo una voz coloquial y conocida, allegada tanto para los mexicanos como para los no mexicanos: es, probablemente, esta característica la que infunde a Sabines una universalidad atemporal en su estilo, ya que podemos posicionarnos desde cualquier nación, hacia cualquier sentimiento y desde cualquier sillón en nuestras casas, y seguimos leyendo con interés, entendiéndolo o identificándonos; amándolo u odiándolo, pero nunca a medias tintas; prácticamente siendo partícipes del pensar de un hombre en todo sentido sencillo, un hombre humilde, un hombre poeta que mandó “al carajo al poeta”.
Son muchos los libros de poesía que escribió Sabines, pero para esta ocasión en especial hemos de reseñar uno que tiene, prácticamente, el sello de calidad. Aunque es la crítica quien seguido nos orienta en lecturas, ofreciéndonos vistas, opiniones y otras, en Recuento de poemas (1950 – 1993) tenemos el gusto de leer una selección especial hecha por el mismo Sabines, tras un par de ediciones que ya habían visto la luz con anterioridad. Y, como vemos en el título, estamos ante un verdadero viaje poético desde el cuál es el mismo poeta quien nos lleva de la mano a través de sus líneas.
En mi opinión, el título del libro podría sugerirnos, desde que lo vemos desde los anaqueles de la librería – como  sucedió en mi caso en particular, una mera recopilación  o compendio de poemas que fueron elegidos de un autor para su público, a través de los años. Sin embargo, tras mi lectura, puedo proponer que este libro no es una mera recopilación, ni mucho menos un recuento al azar. Todo es cronológico y similar, aunque se nota que la pluma del escritor ganaba experiencia, mientras iba perdiendo tinta poco a poco… y quién mejor para seleccionar una serie de poemas que hablen en sí mismos del proceso creativo que se fue gestando a través de los años en una literatura que es madura en su propia “infantilidad” que el mismo autor de la obra.
En total, tenemos a cabo una revisión de diez libros o publicaciones previas que llenarán las hojas de este texto; en la mayoría de estas hojas estaremos en contacto con una visión del mundo que es bastante particular, mientras que tengamos en mente que tenemos un texto poético que deshecha muchas figuras retóricas que pudieron ser usadas y que, en lugar de ellas, opta por nombrar las cosas por su nombre, deshaciendo así y de cierta manera la tradición poética con la que hemos vivido a través de los años: Sabines hace una apuesta un tanto más “tremendista” ya que no quiere adornar aquello que describe con parafernalias innecesarias, sino que todo lo contrario, tiene un más vivo gusto por evocar imágenes que estén ahí, casi en el día a día común de los lectores.
La universalidad que comentábamos se encuentra aquí trazada con maestría. Algunos lectores lo han catalogado como un romántico, un cursi en forma y fondo  – como lo veríamos en los primeros dos libros de este texto –; un hombre que siguió enamorado de esa mujer en particular que me da la sensación de que era todas las mujeres y ninguna a la vez –  casi como lo describiría Nikos Kazantzakis: “sólo hay una mujer en el mundo. Una misma mujer, con diferentes rostros”. Es mediante este tratamiento en apariencia amoroso que descubriremos a un verdadero Sabines, si nos permitimos hacer una lectura un tanto más puntual de lo que estamos habituados a hacer. ¿Qué descubriremos en este libro, donde son tantos los años de poesía?
De entrada, veremos un amor que se confabula con otras temáticas – como en el capítulo III, “Adán y Eva” donde la pluma de Sabines se encarga de recordarnos algunos mitos clásicos de la cultura universal y, de paso, les aporta líneas que los inscriben dentro de otras tradiciones poéticas, logrando así un pluri-sincretismo literario que procede, como habíamos mencionado, las temporalidades establecidas. A partir de este capítulo podemos ir destilando un gusto por la muerte que casi se equipara con el gusto mismo por el amor: ¿no nos recuerda esto a una cultura mexicana muy arraigada incluso antes de la conquista española? Claro que sí, y estamos hablando de la visión tan honesta de muerte con la relación de la vida, como una sustancia en sí misma. Sabines se preocupa más por intentar avisar al lector de las nimias preocupaciones que un hombre tan sencillo como él podía padecer y, a través de ellas, establece motivos de mucha más fuerza de los que podríamos haber imaginado mediante el uso de un lenguaje coloquial y la descripción de elementos sencillos, objetos cotidianos de la vida, o el amor mismo. Este pluri-sincretismo que habíamos mencionado se encuentra también en los demás libros, haciendo un especial énfasis por “Algo sobre la muerte del mayor Sabines” donde tenemos sintetizada la idea de una muerte mucho más cercana, mucho más personal, mientras se explora la figura paternal que sigue los esquemas de un siglo XX confabulado con los estragos de un antiguo general que es a la vez dual: en la rudeza y en el amor paternal.
Este libro, pues, trasciende un poco más allá incluso de la literatura mexicana y se posiciona en el mundo como un pedazo original y único de la poesía, levantándose como un conjunto de poemas que van trazados con una misma línea que cambia de voz, haciéndose polifónica en su misma extensión y que no nos queda sino agradecer a Sabines que tenemos al alcance de la mano un libro donde son tantos los años de poesía.



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